A varias semanas del estreno de la película “Wonder Women” ya hay algunos efectos de su éxito que se pueden comenzar a evaluar. El personaje creado el psicólogo William Moulton Marston, en 1941, es uno de los más icónicos salidos de las revistas de historietas y una imagen poderosa retomada por el feminismo en la década de los sesenta y que ha inspirado a millones de mujeres hasta la actualidad, pero su arribo a la pantalla grande ha superado todas las expectativas. La gran cantidad de público que ha llegado a verla a las salas es un fuerte mensaje para la industria fílmica y nos permite soñar con el inicio de un nuevo tiempo para el cine dirigido y protagonizado por mujeres en Hollywood.
A 17 días de su estreno la película tenía ya unas cifras impresionantes: $275 millones de dólares en tickets en Estados Unidos y U$572 millones a nivel internacional, superando a las dos películas basadas en comics DC del año pasado “Batman v/s Superman” y “Suicide Squad”. Según el medio especializado IndieWire, se estima que “Wonder Women” finalizará con cifras cercanas a los U$400 millones de dólares en ventas en Estados Unidos y el doble de ese monto a nivel mundial. Eso la posicionaría como la película dirigida y protagonizada por una mujer con mejor desempeño a nivel comercial, y no sólo eso, sino que la situaría entre las películas más exitosas del cine de superhéroes, sólo superada por las adaptaciones de “Avenger”, “Iron Man” y “Spiderman”. Este hecho es significativo porque ataca dos prejuicios que están arraigados en el corazón de la industria del entretenimiento: 1. Al público no le interesan las películas con heroínas femeninas y 2. Una mujer es incapaz de dirigir eficientemente una película de alto presupuesto.
La primera falacia ya estaba tambaleando con el éxito de las sagas de “Los Juegos del Hambre” y “Divergente” y, más recientemente, con los protagónicos femeninos de las dos últimas entregas de “La Guerra de las Galaxias”. La segunda es mucho más difícil de atacar porque supera toda racionalidad -y se sostiene simplemente en la creencia de género de que las mujeres no pueden hacer ciertas cosas- ya que incluso películas que han sido exitosas comercialmente como “Crepúsculo”, cuya primera entrega fue dirigida por Catherine Hardwicke, tuvieron a hombres dirigiendo sus secuelas.