jueves, 22 de junio de 2017

Los maravillosos efectos de Wonder Women

A varias semanas del estreno de la película “Wonder Women” ya hay algunos efectos de su éxito que se pueden comenzar a evaluar. El personaje creado el psicólogo William Moulton Marston, en 1941, es uno de los más icónicos salidos de las revistas de historietas y una imagen poderosa retomada por el feminismo en la década de los sesenta y que ha inspirado a millones de mujeres hasta la actualidad, pero su arribo a la pantalla grande ha superado todas las expectativas. La gran cantidad de público que ha llegado a verla a las salas es un fuerte mensaje para la industria fílmica y nos permite soñar con el inicio de un nuevo tiempo para el cine dirigido y protagonizado por mujeres en Hollywood.

A 17 días de su estreno la película tenía ya unas cifras impresionantes:  $275 millones de dólares en tickets en Estados Unidos y U$572 millones a nivel internacional, superando a las dos películas basadas en comics DC del año pasado “Batman v/s Superman” y “Suicide Squad”. Según el medio especializado IndieWire, se estima que “Wonder Women” finalizará con cifras cercanas a los U$400 millones de dólares en ventas en Estados Unidos y el doble de ese monto a nivel mundial. Eso la posicionaría como la película dirigida y protagonizada por una mujer con mejor desempeño a nivel comercial, y no sólo eso, sino que la situaría entre las películas más exitosas del cine de superhéroes, sólo superada por las adaptaciones de “Avenger”, “Iron Man” y “Spiderman”. Este hecho es significativo porque ataca dos prejuicios que están arraigados en el corazón de la industria del entretenimiento: 1. Al público no le interesan las películas con heroínas femeninas y 2. Una mujer es incapaz de dirigir eficientemente una película de alto presupuesto.

La primera falacia ya estaba tambaleando con el éxito de las sagas de “Los Juegos del Hambre” y “Divergente” y, más recientemente, con los protagónicos femeninos de las dos últimas entregas de “La Guerra de las Galaxias”. La segunda es mucho más difícil de atacar porque supera toda racionalidad -y se sostiene simplemente en la creencia de género de que las mujeres no pueden hacer ciertas cosas- ya que incluso películas que han sido exitosas comercialmente como “Crepúsculo”, cuya primera entrega fue dirigida por Catherine Hardwicke, tuvieron a hombres dirigiendo sus secuelas. 

viernes, 16 de junio de 2017

"Las inocentes" de Anne Fontaine

Es un dato ya conocido el que las mujeres son las primeras víctimas en cualquier guerra. Tomadas como botín, como esclavas domésticas y sexuales, su dignidad y seguridad desaparece, y que decir de sus derechos como seres humanos. Esto ha pasado, y sigue pasando, en cada guerra de la que se tenga registro. Más allá del tiempo y del contexto, la crueldad humana -exacerbada en tiempos de guerra- se ha ensañado especialmente con las mujeres.

La película “Las inocentes” se basa en hechos reales y nos instala en 1945, en un convento cerca de Varsovia, en donde un grupo de monjas se encuentran embarazadas luego de las continuas arremetidas de soldados del ejército rojo. Ante la vergüenza y la posibilidad de rechazo, las religiosas intentan mantener el hecho en secreto hasta que el riesgo de vida de una de ellas obliga a pedir ayuda a una joven francesa de la Cruz Roja, que se encuentra en la zona como parte del equipo médico que busca repatriar a los heridos franceses desde Polonia.  

La relación entre esta tenaz e idealista simpatizante comunista y las monjas es uno de los ejes centrales del filme. Se trata del encuentro entre la necesidad de hacer algo entre tanta brutalidad y la crisis de fe de aquellas mujeres que no entienden cómo el Dios en que creen permitió que fueran víctimas de una violencia que hoy les impone vida contra su voluntad y sus votos.

"Los niños" de Maite Alberdi

¿Y si tuvieras que ir al mismo colegio durante cuarenta años? Las mismas clases, los mismos
compañeros, las mismas actividades. Esa premisa, que para muchos puede parecer de ciencia ficción, fue la que movilizó la curiosidad de la realizadora Maite Alberdi y que la llevo a filmar Los niños un documental sobre un grupo de adultos con síndrome de Down y que ya ha recibido múltiples premios internacionales.

Con sus dos largometrajes anteriores "El salvavidas" (2011) y "La once" (2014) Alberdi ya había demostrado su capacidad para hacernos entrar en mundos cotidianos y, al mismo tiempo, sorprendentes. En su primer largo la realizadora nos mostró el verano en una de las playas más concurridas y peligrosas del litoral central y que tiene por guardián a un salvavidas que cree que, si hace bien su trabajo, nunca tendrá que meterse al agua y, luego, con la multipremiada La once nos permitió acercarnos a la complicidad de un grupo de octogenarias mujeres que se reúnen mensual y religiosamente a tomar el té y a conversar sobre la vida y los recuerdos.  La gracia de ambas películas es que van tanto más allá que estos resúmenes iniciales, permitiendo al espectador adentrarse en mundos ricos y complejos llenos de humanidad y llevándose más de una sorpresa tanto respecto a la realidad que se le muestra, como a sus propios prejuicios sobre ella.

Con Los niños Maite Alberdi y su equipo vuelve a invitarnos recorrer un espacio que sabemos que existe, pero que -la mayoría de nosotros- poco llegamos a conocer. Un espacio que desde los medios de comunicación ha sido presentado desde lugares comunes e incómodos. De allí que una de las cosas más potentes de esta película es poner en pantalla y como únicos protagonistas a este grupo de personas que raramente vemos en el cine, y permitir que sean sus voces e historias las que movilizan la acción. Detenerse a mirarlos hacer, a escucharlos y a observar las relaciones que generar entre ellos ya es una propuesta arriesgada y llena de complejidades. Las “personas normales” -padres, maestros, trabajadores- no aparecen, sino que como imágenes borrosas y secundarias. Así tanto en el mundo que se escoge mostrar como en la estrategia para mostrar ese mundo, hay un cuestionamiento a la “normalidad”, instalándola como algo inestable y que depende de desde donde nos situemos.

lunes, 22 de mayo de 2017

"Mala Junta" de Claudia Huaiquimilla


La ópera prima de la joven realizadora Claudia Huaiquimilla es de lo mejor que nos ha dado el cine nacional reciente. Una película consciente de su contexto y el poder del espacio que representa, pero que no se deja seducir por el panfleto, sino que centra su atención en los procesos de dos adolescentes que -de una u otra manera- han sido violentados constantemente a lo largo de su vida. Narrada de una manera eficiente y sencilla, no sin buenas dosis de poesía, la cinta le da espacio al espectador para comprender a estos adoloridos personajes y emocionarse con ellos.

Tano -interpretado brillantemente por Andrew Bargsted- es un chico santiaguino que al inicio de la película es capturado en pleno robo a un servicentro. Desde ese hecho queda pendiente la decisión de la justicia sobre el futuro del joven que, probablemente, terminará siendo institucionalizado en el Sename. Como opción, y en periodo de prueba, Tano es llevado a vivir con su padre (Francisco Pérez-Bannen). Un hombre joven al que apenas conoce y que se fue a vivir a la precordillera de San Jose de la Mariquina, zona mapuche constantemente acosada por las fuerzas policiales. Allí conoce a Cheo (Eliseo Fernández), un adolescente mapuche tímido y retraído, víctima de la burla de sus compañeros.

"Mala Junta" podría instalarse dentro del género que se ha denominado coming of age, cintas que retratan los complejos procesos en que los personajes pasan de la niñez a la adultez. En este caso se trata de dos personajes muy distintos, pero que tienen en común la soledad y la incomprensión respecto del mundo que les rodea.

"India's Daughter" de Leslee Udwin

 Una mujer es violada cada veinte minutos en India, cada 20 segundos en Sudáfrica. Una de cada tres mujeres en el mundo es o ha sido víctima de violencia, una de cada cinco será violada a lo largo de su vida. ¿Cómo son posibles esas cifras? ¿Qué hay en nuestras sociedades que permiten que este tipo de acciones se sucedan todos los días?

"India's Daughter" busca responder a estas preguntas tomando como centro la múltiple violación y asesinato de Jyoti Singh, una joven estudiante de medicina que fue atacada por seis hombres en un autobús que recorría la ciudad de Nueva Delhi. Este crimen fue el detonante para multitudinarias marchas en toda India exigiendo castigo para los culpables y mayor protección para las mujeres.

El documental recoge los testimonios de los padres y amigos de Jyoti y de uno de los acusados -el chofer del bus-, además de políticos y expertos que van explicando como este caso movilizó la conciencia de parte de la sociedad, especialmente de las autoridades y de las mismas mujeres que no denunciaban estos ataques por vergüenza y por el costo social que esto tendría para ellas y sus familias.

Probablemente lo más impactante de “India’s Daughter” sea la exposición del discurso que señala a las mujeres como responsable de la violencia sobre ellas. Las entrevistas con los abogados de los criminales son impresionantes, justificando la brutalidad del delito con el hecho de que la joven se encontrara en el espacio público pasada las veinte horas. La normalización de este tipo de hechos en todos los espacios de la sociedad y la sorpresa de los criminales ante el revuelo de este caso, cuando es algo que pasa todos los días.

El documental pone en evidencia como en India -y también en nuestras sociedades- los violentos son hijos del sentido común social, de la cultura que los sustenta y que para reparar eso se requiere mucho más que penas ejemplares para los que llegan a ser hallados culpables de crímenes que como sociedad hemos creado.

"India's Daughter" se puede ver en Netflix y acá puedes revisar su trailer

"Dukhtar" de de Afia Nathaniel

La joven realizadora pakistani Afia Nathaniel se hizo cargo del guión, la producción y la dirección de
ésta su primera película, que tuvo un exitoso paso por festivales y fue seleccionada para representar a Pakistán en los premios Oscar del 2015.

En Asia Meridional el 46% de las niñas son obligadas a casarse antes de cumplir los 18 años, en África Occidental y Centra la cifra alcanza el 41%. La película “Dukthar” -palabra urdu para “Hija”- se centra en esta realidad, cuando una joven madre huye con su hija de 10 años al enterarse que la pequeña ha sido prometida como esposa para un anciano líder tribal.

La cinta se instala desde la perspectiva de esta mujer en un mundo de hombres, en donde ellas no son consideradas sino como propiedad al servicio de los intereses masculinos, pero lo hace sin sobre enfatizar en el drama global de la sociedad patriarcal, sino acercando al espectador a la realidad de esa madre y esa niña en específico.

La narrativa es clásica y sin muchas sorpresas en términos cinematográficos, pero la cinta esta cuidadosamente filmada, aprovechando los impresionantes paisajes de la zona, contrapone a los personajes a las imponentes montañas y áridos caminos, para enfatizar su soledad y peligro. La realizadora logra contar una historia con dinamismo y eficiencia. Desde el inicio genera espacios para conocer y empatizar con madre e hija creando momentos de profunda ternura e intimidad, los que más serán reemplazados en momentos de persecución y tensión. 

“Dukthar” nos ayuda a acercarnos desde la ficción al lugar que millones de niñas y mujeres viven en el mundo, un lugar en donde el destino propio difícilmente está en sus manos. Puedes ver “Dukthar” en Netflix. Acá su sinopsis 

lunes, 23 de noviembre de 2015

"Chicago Boys" de Carola Fuentes Rafael Valdeavellano

Hay pocas veces en que uno puede denominar una película como imprescindible. Para llegar a eso el filme en cuestión debe tener no sólo una alta calidad técnica y un uso apropiado del lenguaje audiovisual, sino aportar con sus contenidos, de manera significativa, a la mirada que tenemos sobre el mundo que nos rodea. Darnos pistas y dejarnos con muchas preguntas. El documental Chicago Boys cumple con todo eso y más.

“Ellos construyeron el país en que vives” es la frase que ha acompañado la difusión de la película. Y en un momento en que el modelo neoliberal hace crisis por doquier, ayuda mucho poder conocer –o recordar- de dónde viene este sistema,  cómo llegamos hasta acá. Cuáles eran y son los valores de aquellos encargados de transformar Chile en el laboratorio del sistema neoliberal, que para algunos se instala como el gran mérito de la dictadura, pero que la gran mayoría de los chilenos endeudados y precarizados laboralmente, seguimos sufriendo hasta hoy.

Aunque hay quienes han tildado el documental de televisivo -probablemente por la experiencia  laboral de sus creadores y por el apoyo de los fondos del Consejo Nacional de Televisión para su desarrollo-, me parece que los realizadores tienen consciencia de las posibilidades que separan el cine del reportaje televisivo y utilizan esas posibilidades como herramientas para ir armando un discurso más complejo de lo que el formato televisivo permite.

Esto es evidente especialmente en el montaje de la película. Hay una construcción dramática muy eficiente que parte de las anécdotas y simpatías que pueden generar las experiencias de un grupo de jóvenes chilenos estudiando en la prestigiosa Universidad de Chicago en la década de los ’50. Hay sonrisas en los recuerdos y delicioso material audiovisual para acompañar el relato, el que de a poco –y casi imperceptiblemente- se va volviendo cada vez más denso hasta llegar a explicitar la manera en que se pusieron en obra esos conocimientos adquiridos en Estados Unidos, en el Chile bajo dictadura. La visión de estos economistas de las violaciones a los derechos humanos que permitieron estos radicales cambios y su mirada sobre la desigualdad que impera en el Chile actual.